Cada 11 de septiembre se celebra en la Argentina el "Día de los Maestros y las Maestras", en conmemoración al fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, en el año 1888 en Asunción del Paraguay. Considerado el “padre del aula”, Sarmiento funda con tan solo 15 años su primera escuela en San Luis, más precisamente en San Francisco del Monte de Oro. Para él la educación debía ser pública, gratuita y común, y la misma para niñas y niños. Se conmemora la figura de Sarmiento por la relevancia histórica de sus aportes a la educación pública argentina.
Desempeñó los cargos de político, filósofo, pedagogo, escritor, docente, periodista, estadista, militar, gobernador de San Juan y presidente de la Nación Argentina. Sarmiento fue un gran propagandista de la necesidad de una ley educativa argentina. Se destaca su lucha por la educación y la cultura de su pueblo. Mientras fue gobernador decretó la Ley de enseñanza obligatoria primaria y como Jefe de Estado logró triplicar la población escolar.
Figura insoslayable del ámbito escolar y académico, también orientador y guía del ejercicio creativo y el desarrollo de conocimientos, los maestros y maestras son una parte más que importante de las instituciones educativas. La educación para todas las personas es vital, necesaria y se desarrolla desde el momento en que nacemos. Nuestros primeros educadores son nuestras familias, quienes nos enseñan y muestran el mundo. Nuestra segunda aproximación la hacemos en la escuela, cuando tenemos contacto con otras personas que contribuyen a nuestra formación, con quienes pasamos la mayor parte de nuestro día y a quien aprendemos a querer: los maestros y las maestras.
Este día no sólo conmemora el fallecimiento de Sarmiento sino también representa un reconocimiento a la importancia que implica el trabajo y disposición de todos los maestros y las maestras que día a día realizan su trabajo en las escuelas.
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